El extranjero
La adaptación a otros medios de grandes obras literarias de peso me parece una tarea titánica. En el cine, desde luego, nunca ha sido tarea fácil: uno de los que mejor adapta es Visconti, con Muerte en Venecia (Thomas Mann) o El Gatopardo (Giussepe di Lampedusa); también hay que tener en cuenta a Greta Garbo, con sus interpretaciones en Anna Karenina (Tolstoi/Clarence Brown) o La dama de las camelias (Cukor/Dumas). Podemos citar unas pocas más: Carta de una desconocida (Zweig/Ophüls), Las uvas de la ira (Steinbeck/Ford) o Moby Dick (Melville/Houston); en castellano, Tristana (Galdós/Buñuel), Los santos inocentes (Delibes/Mario Camus) o El coronel no tiene quien le escriba (García Márquez/Ripstein). Incluso podemos extender la lista con El señor de los anillos (Tolkien/Jackson), pero desde luego, la lista no saldrá muy extensa.
Con el tebeo, ya sólo el atreverse a realizar tal cosa me parece una osadía. No me estoy refiriendo a tebeos que revisiten una obra literaria, ni siquiera de aproximaciones o visiones personales de ella. Me vais a decir que esto ya se inventó hace mucho (¿quién no ha leído en alguna ocasión, por ejemplo, las Joyas Literarias Juveniles?). No, estamos hablando de hacer una adaptación en toda regla, que además de respetar la obra original, conserve la personalidad gráfica de sus autores. Se pueden dar multitud de ejemplos, sobre todo últimamente (yo he perdido la cuenta de unas cuantas de ellas la mar de decentes, que he ido leyendo durante los últimos doce meses).
Todo esto viene a raíz de la adaptación de la obra de Albert Camus por parte de Jacques Ferrandez, que como él, nació en Argelia, y, también como él, trabaja para la editorial francesa Gallimard. Ya en 2009, Ferrandez realizó L'Hôte, que escenifica la última obra de Camus, L'Exil et le Royaume. En 2013, le correspondió el turno a L'Étranger, la primera y según un acuerdo casi unánime, la obra maestra de Camus. En España, los dos álbumes han sido editados puntualmente por Norma (eso sí, mejor El extranjero que El huésped, jibarizado por los oscuros designios de alguna mente pensante que decide reducir el tamaño de ciertas obras que se publican en España, con la excusa de no sabemos que astuta pirueta económica).
Ya que comenzamos hablando de cine, resaltaré que Ferrandez introduce una larga secuencia, en la que Meursault y Marie acuden a un pase de la película protagonizada por Fernandel, Le Schpountz (1938), de Marcel Pagnol, (a diferencia de la adaptación que realizó Visconti, en la que Mastroianni y Anna Karina visionan La ley es la ley, de 1958).

Nunca he sido un entusiasta del dibujo de Ferrandez, he de indicar que es el perfilado de sus figura el que me ahuyenta de su estética; pero por otro lado, en esta obra me fascinan las acuarelas a sangre que ilustran la obra, acuarelas que generalmente son paisajes, aunque a veces contienen otros motivos. Además de muy bellos, estas ilustraciones son las que insertan al lector en la narración. La solución de superponer varias viñetas parcialmente sobre estos dibujos es muy original y merece que se resalte, aunque en mi opinión, en general, estas viñetas me resultan menos atractivas (y eso que algunas de las páginas están especialmente bien resueltas con estas viñetas).

Jamás me ha gustado comparar, y si estáis esperando mi veredicto acerca de como es el tebeo en relación con el libro os vais a quedar con las ganas. Mi respuesta es: hay que leer los dos (claro está, mejor primero el original). Una lectura para tomarse con calma, en cualquier caso.

Como curiosidad, me gustaría añadir que Lonely Planet publicó una bonita serie de guías de viaje con ilustraciones de diversos dibujantes de tebeos (traducción de las editadas en Francia a través de Casterman). La dedicada a Marrakech está realizada por Jacques Ferrandez.
Calificación: 7 /10