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Silas Corey

No soy muy del guionista Fabien Nury. Érase una vez en Francia me pareció simplemente correcta, Tyler Cross lo tengo en el montón de pendientes y no me he acercado ni remotamente a otras series que no despiertan mi atención como Yo soy Legión o W.E.S.T.


Silas Corey venía acompañada de buenas críticas, así que he hecho un intento por desperezarme y me he leído el primer álbum doble (coffret, que dicen los franceses) publicado por Dibbuks. Y me he aburrido.


Su guión me ha parecido del montón, falto de originalidad. De este primer ciclo, La Réseau Aquila (La red Aquila), sólo se salva el relativo interés que pueden tener las disputas entre dos políticos como Georges Clemenceau y Joseph Caillaux, así como conocer algún entresijo de la Tercera República francesa. Además, su protagonista me parece un trasunto algo desafinado del Profesor Bell, de Joann Sfar, que le adelanta por la derecha y por la izquierda. En cualquier caso, Érase una vez en Francia es una lectura un poco más intensa (ojo, sin pasarse).

De su dibujante, Pierre Alary, al cual descubro para la ocasión, tampoco puedo hablar demasiado bien. Ni fu ni fa. Su estilo, muy en boga actualmente (ese que recoge la tradición clásica, pero que le introduce ciertos ademanes japoneses) es de los que menos me atraen visualmente, aunque he de decir que es correcto y tampoco peca de una exagerada liviandad (que hoy en día se confunde demasiadas veces con la capacidad de síntesis).


La serie, publicada en Francia por Glènat, acaba de comenzar su segundo ciclo de dos álbumes, denominado Le testament Zarkoff, ambientado un año después, justo cuando termina la I Guerra Mundial. La madrileña Dibbuks ha editado el álbum doble en castellano con el primer ciclo, además de otras obras, tanto de Nury como de Alary.


Calificación: 4-5 /10

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