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Logicómix

Pocas veces tendré ocasión de leer un tebeo como éste. Ya de entrada, es griego. Parece ser que se escribió originalmente en inglés, pero Apostolos Doxiadis lo tradujo para que fuese editado por Ikaros en Grecia en 2008, antes de su publicación en el Reino Unido y EEUU. Un biografía de Bertrand Russell, que a la vez trate de explicar sus ideas y la historia de la fundamentación de las matematicas sobre la lógica a principios del siglo XX, es algo que tampoco creo que se repita muchas veces. No está realizado por indocumentados: según leo en las propias cubiertas del libro, Apostolos Doxiadis estudió matemáticas en la Universidad de Columbia, y el guión lo ha realizado junto con Christos H. Papadimitriou, catedrático de informática en Berkeley.


Además del pensador galés, por las páginas del libro desfilan algunos de los matemáticos y pensadores mas famosos del siglo XX: David Hilbert, George Cantor, Henri Poincaré, Ludwig Wittgenstein o Kurt Gödel, entre otros. Me produce un enorme regocijo encontrarme con algunos de ellos después de tantos años y sobre todo un medio como el cómic. Estos personajes no pasan por el tebeo de refilón: el libro en cuestión, con su cuaderno de notas incluido, tiene mas de 350 páginas.


Se trata de una obra novelada: manipula hechos históricos en aras del dramatismo y del interés de la narración, artificios que siempre he considerado de dudosa eficacia y que me han hecho dudar de la legitimidad de las intenciones de sus autores. De hecho, todavía hacen más: en un innecesario alarde de metalenguaje, la narración muestra a los autores del tebeo discutiendo en repetidas ocasiones de la dirección que está tomando la historia y de la conveniencia de las partes ya realizadas, de si deben ser aclaradas mas en detalle o de su adecuación al pensamiento original del personaje que formuló determinadas ideas, recurso que impregna la lectura de un tufillo divulgador, lo que, para mí, está fuera de lugar. Toda obra que parte de la premisa de que sus lectores no están preparados para seguirla, es, en principio, desaconsejable.


Sólo mediante una paciente reflexión, motivada por la indulgencia que me ha provocado la mezcla de dos mis pasiones, matemáticas y tebeos, me han permitido llegar hasta el final del libro, que por otra parte, parece que ha gozado de un tremendo éxito internacional.



Una vez aplacado por la almohada, me he vuelto mas benévolo en mis valoraciones. Primero, porque no están los tiempos para revolverse contra iniciativas como esta, que en el fondo, me aventuro a decir, son bienintencionadas y tienen, al menos, el mérito de la osadía. Segundo, porque hay partes de la obra que, a pesar de mis objeciones (no sólo formales), están correctamente realizadas y son bastante "aprovechables". Emulando a los autores y al mismo Wittgenstein, la crítica dogmática y obsesiva de una obra como ésta no conduce a ningún sitio. Es falso que la frontera que separan el raciocinio y la locura estén separadas por un delgada y peligrosa línea, aunque muchos importantes pensadores de todos los tiempos se hayan empeñado en indicar ese camino debido a su escasa educación emocional, ayudados frecuentemente por su soberbia.


Volviendo a lo que nos ocupa, SI tengo que aconsejar su detenida lectura. Al fin y al cabo, la propuesta es insólita y no carece de fundamento. Seguramente, no creo que haya muchos lectores que puedan calificar de "ligera" la obra. Además, el personaje de Bertrand Russell es lo suficientemente complejo y jugoso como para que haya otros alicientes en su lectura.

La parte gráfica, realizada por Alecos Papadatos, que casa muy bien con la propuesta de los guionistas, es mucho mejor de lo que pudiera parecer a simple vista. Su aparente sencillez no significa que el dibujo se encuentre supeditado a un guión que trata nada menos que de la concepción del mundo.

He puesto a Doxiadis en la lista de autores a seguir. Al fin y al cabo, no hay tantos autores dedicados a explorar la relación entre narrativa y matemáticas. Hijo del famoso arquitecto griego, además de otros tebeos (no publicados en nuestro país), ha dirigido varias películas y obras de teatro, donde también ha obtenido éxito, está claro que le van las mezclas explosivas (títeres y Jackson Pollock). En España se ha publicado su novela El tio Petros y la conjetura de Goldbach (Ediciones B, 2000), con la que creo que me haré en breve (mmmh, Hardy, Littlewood, Ramanujan: me siento rejuvenecer).

Antes he comentado la edición griega. Le siguió la inglesa, por parte de Bloomsbury Publishing. La tradujo Editorial Sins entido en 2011, y su publicación ha tenido continuidad con Salamandra en 2014.


Calificación: 7-8 /10

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