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El Nao de Brown

Avalado por el premio del jurado del festival de Angoulême 2013, y confiado porque los últimos tebeos británicos que he leído me han dejado una agradable sensación, recogí con mucho interés esta obra, avalada por grandes críticas. La decepción ha sido terrible. Donde algunos ven sutileza, yo sólo he visto sensiblería. Una sensibilidad mas propia de un anuncio de compresas que de la "gran novela gráfica de los últimos tiempos". Lo siento, chaval, no he empatizado con tu historia, mas cerca del shojo japonés mas mainstream que de Miyazaki (¡hay que leer cada burrada que se de dice por ahí!). Un rollo muy zen, que no ha conseguido interesarme lo más mínimo. No me ha convencido ni uno sólo de los personajes que pululan por la historia, ni siquiera me he interesado por el trastorno sicológico de la protagonista. También me gustaría entender porque se dice que esta obra tiene varios niveles de lectura. O yo no los he visto, o están muy escondidos.



El apartado gráfico, sin embargo, está mucho mas cuidado y aquí, el autor, Glyn Dillon (su hermanísimo, Steve Dillon, es el dibujante de Preacher), hace una labor bastante más interesante. Los personajes son muy expresivos. Su composición de las viñetas es encomiable y algunas páginas son brillantes: por algo es un profesional del dibujo y de los storyboards. ¡Eso es! La sensación que tenía mientras leía esta obra era precisamente la de estar contemplando un guión para una película, eso sí, de las ñoñas.

En España, la cuidada edición es de Norma, muy parecida a la original de 2012, de la interesantísima editorial británica SelfMadeHero, a la que hay seguir muy de cerca.


Calificación: 3 /10

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