Viñetas de Plata
Hace sólo unos días escribía una reseña sobre Poema a fumetti, de Dino Buzzati, creyendo que tardaría años en volver a escribir otra que versase sobre tebeos y poesía. No me acordaba en ese momento de Laura Pérez Vernetti. Y cometía un evidente error garrafal, pues no hay autor de tebeos más implicado con la poesía que la catalana. Si su trayectoria ya estaba absolutamente marcada por esta combinación, en 2016 ha estado desarrollando una actividad frenética: Viñetas de plata es una de sus últimas obras, pero también están recientes su Yo, Rilke (Luces de Galibo, diciembre de 2016) y Ocho poemas. Novela gráfica (Centro Cultural Generación del 27, mayo de 2016).
Por empezar por algún sitio, estoy absolutamente fascinado con la labor que está haciendo Reino de Cordelia con su colección de tebeos. Si durante 2016 se dedicaron a la recuperación y restauración de un clásico como Vida, dimes y diretes del mago de los Penetes (1934), de Jaime Tomás (con un prólogo de Javier Alcázar que es tan interesante como la propia obra), y a Flashback en negro, la indispensable y necesaria recopilación de las aventuras de M, el detective de los ochenta creado por Manel Gimeno y Mique Beltrán, en 2015 tampoco se quedaron atrás: ya elogié Episodios lunares de Martín Romero en su momento, aluciné con la capacidad y el potencial que mostró José Pablo García en Las aventuras de Joselito, y -no podía ser de otra manera- me abalancé sobre el primer tomo de Malditas pesadillas indigestas. Me quito el sombrero.
Y necesito otro sombrero más. Sí, para poder quitármelo con Viñetas de plata. Ya sólo por la selección de poemas de Luis Alberto de Cuenca que hace Laura, la obra merece ser reseñada. Se adjuntan al final del libro, como debe ser.
Antes elogiaba Las aventuras de Joselito de José Pablo García. Un caso interesante. Hace poco he terminado su reciente Vidas ocupadas (Dibbuks), y la adaptación que ha realizado de La guerra civil de Paul Preston (Debate, 2016). Con independencia del contenido de estas obras (que son de alto interés), como tebeos resultan decepcionantes: prácticamente son libros ilustrados. Una gran cantidad de texto está acompañado por un dibujo de la situación. Al menos, no se produce redundancia entre ambos elementos. De esa forma no hay narración visual, no hay transición entre lo que sucede en una viñeta y la siguiente, o si la hay, está muy limitada. Si el objetivo es divulgar y presentar el contenido de esas obras de forma amena, es decididamente más efectivo ir directamente al formato de libro ilustrado. Joe Sacco, por ejemplo, ya nos enseñó como hacer un buen cómic documental.
Laura Pérez Vernetti no comete ese error, ni mucho menos. Realmente sus viñetas crean una historia cuando adapta los poemas. Fé de erratas, la que cierra la recopilación (su lugar adecuado, claro) es un ejemplo evidente de lo que digo. En un brillante momento de inspiración gráfica -de lo mejorcito que la he visto-, los versos de Luis Alberto de Cuenca se vuelven más impactantes y toman vida de una forma casi corpórea. Vamos, que sólo les falta que se echasen a andar por si mismos. Isabel, La mentirosa o La mujer sin cabeza son viscerales y se convierten en verdaderas patadas en el estómago.
Resulta interesante también ver como Laura ha desarrollado la capacidad para transmitir sensaciones y sentimientos con sus dibujos: erotismo, miedo, asco, ternura, complacencia...
En la primera ilustración, a toda página, Luis Alberto de Cuenca aparece representado como si fuese un héroe de tebeo clásico. Tiene que haberse puesto muy contento al verlo.
Calificación: 8 /10