top of page

Dos años luz y cuarto

Me parece absolutamente sorprendente que este disco no esté en ninguna selección de los mejores del año pasado de entre las muchas que circulan por ahí. Curiosamente, las críticas fueron buenas en su momento, pero a la hora de hacer recapitulación nadie se ha acordado de él.


Perdido entre millares de discos anodinos, hace ya demasiado tiempo que no se publicaba un álbum en castellano tan intenso, denso e interesante. Prácticamente todas los temas son espléndidos. Para apreciarlo correctamente, basta con reposar un rato en silencio desgranando sus letras. Joven de cuello vuelto es el comienzo, pero no cuesta abandonarse al rato escuchando Como si lo mereciera, Mirarse el ombligo, Mis amigos muertos,... hasta llegar a admirar el disco completo.


Un Víctor Aparicio crepuscular musita unas palabras inicialmente ininteligibles, que escucha tras escucha, van adquiriendo sentido hasta alcanzar una lucidez inquientante. Bienvenido al club de los marcianos.

bottom of page